Un hombre llega del trabajo a su casa, con un brillante reloj en la
muñeca. Le pregunta su mujer de dónde lo ha sacado, y él le explica:
Mi jefe está contento con mi trabajo y me ha regalado este reloj que
cuesta 1 millón de pesetas. La mujer, que sabe lo descuidado que es su
marido, va a un especialista a que le fabrique un reloj idéntico pero
barato, y lo pone en la mesilla de su marido a cambio del otro. Al cabo
de unos días, va el hombre a una comida entre amigos y coge el reloj
falso. A un amigo le dice muy convencido:
Este reloj me lo dio mi jefe y cuesta un millón.
Su amigo, que entiende de relojes apuesta con él 100.000 pesetas a
que no cuesta ni 5.000, y le gana las 100.000 pesetas. La semana
siguiente tiene una cena importante, y la mujer le coloca de nuevo el
reloj caro. Así que va a su cena, y le dice un compañero:
¡ Pepe! Ese reloj te habrá costado al menos medio kilo, y él insiste en
que es una baratija de reloj que no cuesta ni 5.000 pesetas, y apuestan
100.000 pesetas, el dueño creyendo que su reloj es una baratija, van a
un relojero y pierde sus 100.000 pesetas.
Así que, al de unos días, ve a un conocido y le dice:
¡Vaya reloj, Pepe! ¿Es caro?
Pues tiene sus días...
No hay comentarios:
Publicar un comentario