El cien pies más contento que se ha visto iba caminando por el bosque. A lo lejos se vislumbraba una piedra en medio del camino y conforme el cien pies se iba acercando la piedra se veía más amenazadora. El cien pies no tuvo cuidado al andar y se tropezó, y se tropezó, y se tropezó y se tropezó...
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